miércoles, 23 de agosto de 2006

Para vivir



Todos siempre guardamos algo roto
alas
amores
promesas
pequeños detalles para vivir la vida


Tag: [Poesia]

jueves, 10 de agosto de 2006

Crónica (que el editor olvidó publicar)

Los expertos dijeron que no duraríamos más de un año; nunca llegaron a entender el mecanismo del contagio y menos de como evitarlo. En todas las cumbres y foros celebrados, la conclusión fue la misma y terminante: no hay cura. Aunque al inicio diversas sectas y grupos se adjudicaron la autoría, en pocas semanas se descarto que fuese obra de un atentado ya que no había surgido focalizado sino extrañamente distribuido a nivel mundial.

Empezó un fin de semana cuando los medios de comunicación de decenas de ciudades del mundo coincidieron al difundir noticias sobre un número atípicamente alto de extravíos de personas y de objetos olvidados. Unas semanas después, las agencias internacionales de noticias informaron sobre un aumento progresivo de accidentes cuyas causas discurrían sobre la línea delgada que separa la negligencia del error humano.

Cuando nadie aun sospechaba de algo muy serio, un grupo de científicos alertaron que el mundo podría estar ante una plaga o epidemia mundial debido a que repentinamente se estaban reportando miles de casos de pérdida irreversible de la memoria y relacionaron el fenómeno con los últimos acontecimientos. Un sin fin de interpretaciones muchas de ellas contradictorias empezaron a dividir a la opinión pública, el desconcierto creado crecía como bola de nieve hasta que ésta golpeó contra la solidez de algo que se hacia cada vez mas evidente; si el mundo estaba frente a una seria amenaza, ésta era de naturaleza y magnitud nunca antes vista.

El sentimiento de un inminente colapso del mundo se propagó cuando nuevas noticias irrumpieron en los medios reportándose miles de casos de pérdida súbita de memoria, muchos de ellos en situaciones criticas con consecuencias espantosas, como de pacientes de cirugía que morían al quedar abandonados en los quirófanos o aviones que se estrellaban porque los pilotos repentinamente olvidaban los procedimientos de vuelo. Al comprobarse que la pérdida era irreversible y se expandía cada vez más se decidió prohibir o restringir aquellas actividades que en tales condiciones entrañaban un peligro inevitable o que fueran dificilmente controlables ni siquiera con ayuda de computadoras. El mundo globalizado empezó a retroceder; el transporte, el comercio, la generación de energía se hicieron cada vez mas riesgosos y en pocas semanas las industrias no tardaron en paralizarse.

La humanidad irremediablemente perdía la memoria y era cuestión de tiempo para que empezara a ser incapaz de organizarse y de sobrevivir por si misma. En un desesperado esfuerzo para recordar datos, fechas, imágenes, la población mundial echo mano de todo lo que creyó útil para asegurar el mantenimiento de un mínimo de normalidad. Cuando en un par de meses ese objetivo se hizo insostenible el mundo se concentró en preservar la memoria de lo que juzgo imprescindible para sobrevivir.

La demanda de grabadoras, agendas electrónicas y cámaras aumentó en forma espectacular, lo que despertó la codicia de algunos que especularon con los productos. Los precios se dispararon y amasaron inmensas fortunas; pero fue fugaz la prosperidad de este negocio, en pocas semanas los equipos resultaron inútiles debido a escasez de baterías y de energía eléctrica. Escribir se convirtió entonces en la más segura y económica opción. Cuadernos, lápices, tizas, eran los objetos que no faltaban en el atuendo diario, y siempre con algunas unidades extras debido a los olvidos.

Las paredes de todas las ciudades del mundo empezaron a lucir repletas de toda clase de avisos para recordar toda clase de cosas, incluso las rutinas más simples como cruzar la calle o detener y abordar un bus. Los diarios no tardaron en estrenar sus ediciones murales, las secciones de humor eran las más esperadas, el mundo necesitaba reírse un poco de sí misma. No faltaron las anotaciones personales, las listas de compras, las señas para ir, las marcas para regresar; algunos aprovecharon para hacer propaganda, demandas y hasta anuncios de ventas por viaje o por cierre, otros escribieron plegarias, citas bíblicas, poemas, no faltaron quienes pintaron murales, dibujaron grafitis o dejaron sus memorias para la posteridad… La escritura se convirtió en el último hábito, en el último vicio, en el último bastión de cultura, en el último acto de resistencia y de normalidad…

Vivimos los últimos días, quien sucumbe a la enfermedad termina vegetando en su casa o deambulando por las calles. Muere de hambre o por accidente incapaz de recordar lo elemental para sobrevivir; muere en el olvido… Nadie entierra los cadáveres, nadie riega el jardín, nadie juega en los patios... Ya casi no se escucha radio ni circulan los diarios, los últimos resabios de lucidez no son noticia tampoco hay quien se ocupe de cubrirlos. La solidaridad es solo un hecho solitario, anónimo… alguien que lleva a otro a su casa a riesgo de no poder regresar más a la suya, alguien que presta abrigo o alimento a quien jamás hará lo mismo por él y menos aún nunca le dará las gracias. El virus se esparce, el software humano agoniza, el hardware forma un camposanto callejero. En las paredes yace el trágico epitafio de una civilización que muere sin saber si es sepultado por un alzheimer masivo o si se hunde en un autismo feroz... Lo único cierto es que, este último año será el mejor documentado de la historia...

Vivo mis últimos minutos, todavía fluye energía a esta lámpara, la dejaré encendida, será mi último gesto de esperanza y rebeldía… no le temo a la oscuridad pero si a adentrarme en un mundo tan individual que empieza a aterrarme; por instinto me aferro a mis recuerdos, a mi lápiz y a este papel…; en mi camisa anoté como hacer café, en la muñeca até una cuerda para regresar a mi dormitorio; desde ayer ya no recuerdo mi nombre...
No imagino que impresión de nuestro mundo tendría el arqueólogo visitante de otro planeta al bajar y descubrir este espectáculo, qué hipótesis formularía para explicarse este holocausto; supondrá acaso que fue consecuencia de un ritual de suicidio masivo o de la estupidez de una especie que dejó escapar un gas letal o un arma biológica? quizás decida irse prefiriendo dejarnos descansar en paz.
Esta crónica es mi versión personal de los hechos... en cualquier momento me desconecto de todo..., perdonen, pero... ya no recuerdo sobre que escribo.... ahora que lo pienso… hace tiempo que no se de ti, me pregunto si fue que nos olvidamos el uno del otro o fue que... nunca te conocí...
Termino dibujando un punto, por reflejo escribo un nombre. Miro a través de la ventana, la noche es una botella vacía de vino, la luna llena un hueco en el cielo y esta letra A es mi única compañía.

De "Sul letto secco dell'antico lago" (Fargo, 2006)
Tag: [Relatos]

La estancia seria larga...

Había sido uno de los primeros en llegar y el único empapado por la lluvia. El resto llegaba cada cual en su propio auto. El frío era muy intenso, apenas había podido sujetar el timón de la bicicleta. Aquel lugar era mi refugio; estaba poblado por estantes repletos de libros, repartidos en infinitas secciones y pasillos; me gustaba hurgar entre esos edificios de madera donde la lluvia, la soledad y la lontananza, parecían quedar desterrados de esa maravillosa Alejandría.

Empezaba mi rutina dando un paseo, la alfombra silenciaba mis pasos, el aroma de café recién preparado animaba ese laberinto donde siempre era posible perderse y descubrir algo nuevo. Esta vez una portada me araño de reojo, tenía casi dos pulgadas de páginas, por el título, el color supuse que entre sus gruesas y pesadas tapas debía albergar lo mejor de aquella ciudad.

Abrí, pasé; eran deliciosas e inmensas fotos de siglos de arte y arquitectura, página a página en una ruta imaginaria fui descubriendo castillos, palacios, paisajes, parecía que estaba deshojando una margarita gigantesca, en un pétalo se veía el arco, en otro la catedral, en el siguiente la torre y más allá los campos. Entré por allí y camine por unas veredas, noté que había gente y estaba en medio de ellos, había vida, color, movimiento... al frente un señor vendía globos llenos de helio, hacia mi derecha dos niños como de 11 y 6 jugaban y comían manzanas y algodones confitados, a mi izquierda un fotógrafo tomaba fotos a una mujer con sombrero que pintaba un óleo; detrás de unos árboles habían ciclistas, y en esa banca... en esa banca estaba ella, sentada, leyendo un libro con su cabello negro cubriéndole medio rostro. Me senté a su lado, me endulzó su mirada, la tome de la mano, respire hondo... era la ciudad y estábamos allí...

Una voz amable me regreso súbitamente al laberinto, alcance a entender que preguntaba si necesitaba algo, respondí que todo estaba bien, agradecí; sonrió y siguió de largo. La vida es eterna en cinco minutos, pero suena la sirena y hay que volver al trabajo... Me quedé de nuevo solo, sosteniendo aquel pesado ejemplar, miré a ambos lados; su mano ya no estaba en la mía, su mirada se había esfumado. Cerré el libro, lo devolví a su sitio y eche a andar. Seguí recto, despacio sin apuro por un pasillo, luego continué por otro hasta que al fondo divisé por fin mi mesa favorita.

Celebré en silencio que estuviera libre. Instintivamente fije mi territorio colocando encima mi lápiz, mi cuaderno de apuntes y mi casaca en la silla. Con la mirada recorrí la sección de fotografía, conocía de memoria los libros por ello noté que habían agregado dos nuevos títulos; seleccione uno de ellos y otros tres mas incluyendo el que ya iba por la página 96. Mientras tomaba asiento mire el reloj, las 9 con 15 de la mañana, respire hondo de nuevo… la estancia seria larga, tenia casi 12 horas para leer...

De "Sul letto secco dell'antico lago" (Fargo, 2006)
Tag: [Relatos]

miércoles, 9 de agosto de 2006

Un pinguino en el tejado



En el atico, las 10 y 10 de la noche. Entre polvo astillas y herramientas, este espacio parece un taller de carpinteria pintura y tapices. Antes solo una oficina, ahora pretende además ser un estudio fotográfico. Como fuere y mas allá de los usos, este es el anhelo, el territorio, el confín al que desde hace tiempo llamo la isla de itaca... Sentado en una de sus playas contemplo el mar que luce azul como el color de aquella pared recien pintada... el color de las puertas me recuerda la arena donde ahora dibujo estas cinco palabras: "un pingüino en el tejado"...

Esta entrega es para ustedes, lectores y escritores. Quisiera decirles que disfruto mucho leyendo vuestros blogs; muchos de ellos los encuentro cautivantes, originales y motivadores; es por esto último y el deseo de embarcarme en una experiencia nueva, con dosis de reto, riesgo y placer, que en medio de este patio de obras y bajo el frío de esta noche decido sumarme al oficio.... Como detalle de presentación les comento un poco como nació el nombre de este blog. Luego de garabatear algunas palabras sueltas logre componer dos posibilidades: la primera era el título de una novela de Italo Calvino: "Si una noche de invierno, un viajero", sonaba interesante, poético pero carecía de algo que me conectara con mi experiencia cotidiana o personal; por ello la descarté y me quedé con la segunda; ésta insinúa bien el lugar desde el cual les escribo y además alude al autor de este blog (o sea yo) a través de un gratísimo dato.

El lugar sugerido corresponde al atico de una casa, desde allí se divisan no precisamente tejados sino los techos impredecibles y variopintos de las casas vecinas. El dato que me alude proviene de una hermosa y breve epoca, cuando ella y yo soñabamos con ir a París, tener un escondite, cuando solíamos llamarnos 'pingüinos'. Ninguno de los dos tenía parentesco alguno con esta singular y simpática ave, pero quizás mi gusto por contemplar el mar podría haberse considerado un rasgo o hábito pingüinesco...

Para concluir con esta primera y breve entrada me es muy grato saludarlos respetuosamente. Y dicho esto y sin mediar formalidades ni contar con el permiso de ustedes y menos aún con referencias personales que sugieran que califico para el oficio, paso de inmediato a asegurar mi membresía al staff de "bloggers" aunándome libremente al oficio de escribir, publicar y compartir este blog...

Tag: [Personal]