El arsenal del evangelio

En la emboscada de la indulgencia feroz
en la obsecuencia patética del tribunal
el vomito de la impunidad
es el calostro de los nuevos mesías
Cercena el sable de los mercenarios
ruedan las manos de la dama invidente,
el emblema adulterado de la justicia
termina en la trastienda de un avaro mercader
Rugen las crines de una nefasta caballería
supuran los intestinos en las modernas Babilonias
el hedor de los silencios cómplices
legitiman los veredictos de un nuevo código…

Nuevos mandamientos, nuevos pecados
nuevos dioses en cuyos nombres
los jueces ocultan fraudes
los santos disputan altares
los querubines mean heroína
nuevas religiones
donde los culpables alcanzan la impunidad eterna
Nadie canta en los templos con más fe el Gloria
ni golpea tanto el pecho del prójimo
como los Herodes cuyas manos contritas suplican
por la rentabilidad de sus inversiones
por la seguridad de sus propiedades
por la bonanza de sus haciendas
El ganado complaciente
en coro asiente
¡Amén!

¡Avanzad, queda sitio al fondo del confesionario!
el arrepentimiento es el opio del pecador
el pecador el sudario de la absolución
la absolución el arsenal de este evangelio
¡Todos de pie, es la bendición final!
Podeís ir en paz, el “reality show” os espera...
... El centurión asesta el puñal
el costado se abre, cede
el Cristo, agonizante
por nosotros, intercede
”Perdónadlos, por que no saben lo que hacen”

Al tercer día de los acontecimientos
circula una versión libre de la Divina Comedia
el nuevo best seller tiene una nota del editor…
Virgilio y Beatriz, los dos amantes fugitivos
para nunca más volver atrás
no guardaron nada en sus bolsillos
nadaron buscando la otra orilla del océano
sobrevevivieron
amándose dia y noche;
una semana después
los hallaron
abrazados, libres
marchitos sin agua ni comida

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