lunes, 1 de octubre de 2007

36 grados



Cuando te abrace
seré un hombre
con la temperatura perfecta
con la forma adecuada
para cobijarte
con mis manos callosas
y mis brazos torpes

Para estrecharte no importara el día,
la hora, la circunstancia,
lo que haya pasado
lo que hayas hecho
Si hubo que comer o no hubo que beber
si estas alegre o triste,
mis brazos siempre te cobijaran
respetaran tu cintura

Cuando te abrace
seré el corazón amigo
la oreja atenta
la boca prudente
un lugar seguro donde quedarte
un pequeño sol en tu cielo
ese día mis 36 grados serán
desde un segundo a una eternidad
ese poco de vida que ya nunca mas te hará falta

2 comentarios:

Tabeme dijo...

Es un poema que ya desde su inicio te da esa sensación de añoranza...uff, estupendo!

Anónimo dijo...

Este abrazo espera al ser querido, quien extraña esta demostración de afecto y de sentimientos compartidos. Lindo poema!

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