Con un libro apretado en la axila
manos ancladas
en los bolsillos
Su sombra
solitaria
puntual
camina
lento
hacia
el mar
Quieto
sentado
se queda
impasible
cada tarde
impenetrable
en la misma roca
mirando tercamente al infinito
... cuando la vida era una bahía, iba al mar a hacerle compañía
No hay comentarios.:
Publicar un comentario