jueves, 8 de marzo de 2007

En una puerta abierta, el tiempo



Me llamabas Rodrigo
porque te hallé al borde del mundo
cuando mi mano, mi voz agitaban
tierra! ¡tierra!
y era el júbilo de los siglos
la gloria a la epopeya

Me llamabas el anticuario
porque mi ropas tenían precio
mis armas llenaban catálogos
Yo solo era un hombre de mar
libre de teorías y relojes digitales
feliz en la aventura infinita del horizonte

Lo real era tu mejilla
tus muslos y tu cintura
besar tus orejas era más fácil
interpretar tu lenguaje era un suplicio
por eso apretaste mis manos en tus pechos
y vagamos descalzos por la playa

En una puerta abierta, el tiempo
no tranza con baúles de joyas
esa tarde, a solo unos pasos
se abrió de nuevo a tu mundo
a tu calle a tu oficina
La botella de ron cayó de tus manos
palidecieron tus mejillas
supe que era el final

He muerto
en vano intento revivirlo todo
empezaré a cavar, a cavar profundo
como cuando enterramos nuestro tesoro
apartaré los gusanos
sacudiré mi cadáver
me lo pondré de nuevo
estaré elegante como cuando me besabas
y te divertías con mi sombrero de pirata

He muerto
pero no sabes como vivo por tí
intento mantenerme despierto
para ver pasar tu época
para verte una vez más...
Las nueces tejen el silencio de los moluscos
me recuerdan las horas que pasamos juntos
en la isla del cangrejo
donde olvidaste tus aretes y tus zapatos rojos

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