Un cono de tiempo erupciona en un reloj de arena
una araña teje una cópula feliz en su rincón
la noche tirita de frío
el silencio ha tomado la casa
la garúa contempla al telégrafo
Este bardo es un jean desplomado
un papel doblado en el bolsillo
sus párpados son los telones incoherentes
de un teatro donde la vida es un sueño...
Tres carabelas en un mar de guayabas
se divisan desde el borde de un plato...
Un tenedor clavado en su centro
con un grano de arveja en las puntas
es la palmera cómplice de dos amantes
... una virgen de piel capuli
... un pescador llamado Guanahani
Ambos
- y la arveja-
son la cena tibia que dejó el tiempo en un fin de estación;
ambos
-y el horizonte-
son el alegre tam dam
del amor más feliz cuando sonríe recostado en un tambor
Pero son también
la escena que descubren unos extraños marinos
como a Perseo peinando a la Gorgona
la Medusa que sedujo Neptuno
¡Al retorno! ¡Al retorno!
¡hasta que brille el Unicornio!
Columnas y elefantes ruedan por las cubiertas
cae el mito de allende los mares
se despierta el fin del mundo
Esta leyenda es un papel doblado en el bolsillo de la historia
... de un almirante que ordenó cambiar el curso
que temió perturbar el amor de dos indios
ajenos al renacimiento y a la reforma
que prefirió ignorar el hallazgo
regresar esa misma noche
buscar a Filipa en su alcoba
y nunca más ser el descubridor
cuando este amanecer se ofreciera temprano
Se detuvo la cinética del reloj
la araña teje un cesto de septiembre
los sobres blancos y lacrados se trastrocaron en boletos devaluados
la brisa matutina ha soplado en la nariz de la historia
Abro el libro, página 400
"Último capítulo: La libertad de ..."
me detengo, cojo mis llaves y salgo a trotar por las calles
Ahora
pateo las latas
por las mañanas mientras te busco
escucho tus manos sobre el libro que lees
y presiento
que es un sábado de hipérbolas el que te trae
por un pasillo de exposición burilado por el tiempo que tardo
una araña teje una cópula feliz en su rincón
la noche tirita de frío
el silencio ha tomado la casa
la garúa contempla al telégrafo
Este bardo es un jean desplomado
un papel doblado en el bolsillo
sus párpados son los telones incoherentes
de un teatro donde la vida es un sueño...
Tres carabelas en un mar de guayabas
se divisan desde el borde de un plato...
Un tenedor clavado en su centro
con un grano de arveja en las puntas
es la palmera cómplice de dos amantes
... una virgen de piel capuli
... un pescador llamado Guanahani
Ambos
- y la arveja-
son la cena tibia que dejó el tiempo en un fin de estación;
ambos
-y el horizonte-
son el alegre tam dam
del amor más feliz cuando sonríe recostado en un tambor
Pero son también
la escena que descubren unos extraños marinos
como a Perseo peinando a la Gorgona
la Medusa que sedujo Neptuno
¡Al retorno! ¡Al retorno!
¡hasta que brille el Unicornio!
Columnas y elefantes ruedan por las cubiertas
cae el mito de allende los mares
se despierta el fin del mundo
Esta leyenda es un papel doblado en el bolsillo de la historia
... de un almirante que ordenó cambiar el curso
que temió perturbar el amor de dos indios
ajenos al renacimiento y a la reforma
que prefirió ignorar el hallazgo
regresar esa misma noche
buscar a Filipa en su alcoba
y nunca más ser el descubridor
cuando este amanecer se ofreciera temprano
Se detuvo la cinética del reloj
la araña teje un cesto de septiembre
los sobres blancos y lacrados se trastrocaron en boletos devaluados
la brisa matutina ha soplado en la nariz de la historia
Abro el libro, página 400
"Último capítulo: La libertad de ..."
me detengo, cojo mis llaves y salgo a trotar por las calles
Ahora
pateo las latas
por las mañanas mientras te busco
escucho tus manos sobre el libro que lees
y presiento
que es un sábado de hipérbolas el que te trae
por un pasillo de exposición burilado por el tiempo que tardo